Los gérmenes se pueden propagar de muchas formas diferentes, como:
- al tocar unas manos sucias
- al cambiar los pañales
- a través de agua o comida contaminadas
- a través de las gotitas expulsadas en el aire durante la tos o los estornudos
- a través de superficies contaminadas
- a través del contacto con fluidos corporales de una persona enferma
Si los niños entran en contacto con gérmenes, se pueden infectar solo al tocarse los ojos, la nariz o la boca. Y una vez infectados, solo suele ser cuestión de tiempo que toda la familia se contagie y acabe contrayendo la misma enfermedad.
Por lo tanto, ¡no subestime la importancia de lavarse las manos! El poco tiempo que su familia invertirá en lavarse las manos, le ahorrará muchas visitas a la consulta del médico.