Las plagas deben ser erradicadas inmediatamente. El tratamiento con agentes químicos, físicos o biológicos debe hacerse sin que represente una amenaza a la inocuidad del alimento. Además de barreras físicas y dispositivos mecánicos eficaces, es necesario el uso periódico de insecticidas y rodenticidas, que debe ser mínimo y cauteloso.
Cuando se implementa un programa de manejo integrado de plagas (MIP) en un establecimiento procesador de alimentos, deben contemplarse varios aspectos que incluyen, pero no se limitan a: edificios y adyacencias, equipo, mantenimiento de higiene (Limpieza y desinfección) , disposición de residuos y el uso de pesticidas y otras medidas de control.
Mantener e implementar un programa de manejo integrado de plagas (MIP) es responsabilidad del establecimiento elaborador. Cuando el programa de supervisión revela deficiencias que pueden representar una amenaza a la inocuidad del alimento o un impacto en la integridad del producto alimenticio, es necesario corregir el problema.
Los registros sirven como parte de la documentación esencial y deben incluir mapa con la localización y programa de mantenimiento de trampas para roedores, de producto químico o biológico y de electrocutores (Lámparas UV) de insectos; certificación de todos los pesticidas usados, y procedimientos para aplicación de pesticidas por los empleados del establecimiento.
Si los residuos no se recogen, almacenan y eliminan debidamente, se transforman en atractivo para roedores y otras plagas. Cualquier derramamiento debe limpiarse lo más rápido posible para prevenir la contaminación cruzada y minimizar el potencial de atracción de plagas.
Las áreas de almacenamiento de residuos exigen tanta atención como las de proceso, en lo concerniente a la limpieza y desinfección. No debe permitirse la acumulación de basura en áreas de manipulación, ni su almacenamiento en otras áreas de trabajo relacionadas con los alimentos. Los recipientes para basura deben mantenerse con tapa, bolsas y debidamente limpios.
